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¿Me Puede Morder Un Tiburón B. En Una Playa De España? Si se halla en una playa del Mediterráneo y tiene pensado meter los pies en el agua en los próximos minutos es mejor que deje inmediatamente de leer este artículo. Y los tiburones no atacan indiscriminadamente, sino más bien muerden para poder ver y probar lo qué es. Posiblemente de la casualidad que entremos en su casa y nos quieran probar...y bueno, hablando de ataques...el ser que más ataca la vida en este planeta, el monstruo real es el humano, no olvidemos eso, ya está bien de sensacionalismos sin fundamento Es una especie poco significativa, pero como anteriormente mencionamos están sensiblemente distribuidas. La explicación estaría en la restauración de sus bancos de comibles, como el atún colorado, mas asimismo en que si los delfines, ballenas y calderones semejan percibirse cada vez con más facilidad en aguas de Baleares, lo razonable es que el tiburón B. además lo haga. Conforme con imágenes difundidas en las redes sociales por pescadores y apasionados al mar, semeja que el tiburón B. ha vuelto. El último ataque mortal registrado en el Mediterráneo se produjo en Italia en mil novecientos ochenta y nueve, cerca de Baratti, en el momento en que un submarinista fue atacado por un tiburón B. cuando faenaba a 27 metros de profundidad y su cuerpo jamás fue encontrado. Por nuestras costas existen desde hace ya tiempo, aconsejo que veais en la red de redes el capturado en Malllorca en mil novecientos setenta y seis y el de la isla de Tabarca, en mil novecientos 46, los 2 ejemplares enormes. Otros pescadores han difundido imágenes de atunes gigantes atacados por algo muy grande cuando se hallaban en las redes. Ellas son las responsables, singularmente el último quinquenio, del cierre de playas en la costa Este de España. El tiburón B. se halla en aguas tibias y cálidas en casi todos los océanos. Cuántas veces nos hemos alejado más de cincuenta metros de la ribera para dar unas brazadas, aunque solo sea para separarnos del resto de bañistas, y cuando por fin nos hallamos un tanto solos, con el único estruendos de nuestras manos golpeando el agua, ¡oh diablos!, otra vez vuelve a nuestra cabeza la música de tiburón. Hace precisamente un año el pescador apasionado M. Nadal retrataba un tiburón B. de dos metros a cuatro millas del Cap de Formentor, en la isla de Mallorca. Fue mordido en la pierna y mismo pudo hacerse un torniquete, aunque padeció la amputación de los 5 dedos del pie.